miércoles, 16 de septiembre de 2009

16 de abril: En algún lugar de las mazmorras...

Los seis encapuchados esperaban impacientes al séptimo. Siete llegaba tarde. Venía del Consejo.
Ocultos en lo más profundo del último piso de las mazmorras se aseguraban el secreto. Cambiando sus nombres por números, se aseguraban el anonimato si alguien extraño les oía. Tapándose con capuchas, se ocultaban el rostro.
El lugar había sido elegido especialmente por ellos. Hacía tiempo que nadie iba por allí. Atravesaban todas las mazmorras hasta llegar a las celdas subterráneas que llevaban siglos vacías. Eran las destinadas a los asesinos y regicidas. Como ellos.
Cuando Siete llegó, se le notaba emocionado. Traía grandes noticias:
-La han encontrado-informó jadeante-. Están seguros de que la chica extranjera es la Dama. El Consejo ya lo ha decidido así.
Uno y Tres se miraron incrédulos. Muchas veces había llegado esa noticia, y pocas resultó ser cierta. Dos y Cinco le entregaron un fajo de billetes a Seis. Había ganado la apuesta respecto a la identidad de la chica. Sólo Cuatro habló:
-¿De verdad están seguros de que es ella, Siete?
-Han reconocido en ella todas las señales-afirmó Siete-. Ha venido de la montaña, su cabello brilla tanto como el sol, y tiene la luna en la piel.
Salvo Uno y Tres, todos los conjurados se regocijaron. “Es lógico que estén así”, pensaron. “Son muy jóvenes”.
De la conspiración que se encargó de la muerte de Calen II, sólo quedaban ellos dos. El resto del grupo eran los hijos de sus antiguos compañeros de conjura. Uno y Tres habían visto pasar muchas “Damas” que resultaron ser un fraude. Y necesitaban a la auténtica para poder dar el golpe de gracia y hacerse con el poder. De nada serviría gobernar un reino que corre el peligro de ser tragado por un Bosque.
-¿Y cuándo anunciarán su hallazgo?-preguntó Seis
Siete negó con la cabeza.
-No lo anunciarán todavía. Se ha presentado una petición de confirmación. Se ha fijado un plazo de dos meses para que la Asamblea de Eruditos resuelva la petición, que se presentará formalmente ante ella la semana próxima. Debíais haber visto la cara del joven Calen. Le puso furioso que alguien dudara de su palabra y se atreviera a cuestionar la decisión mayoritaria del Consejo.
Un murmullo de satisfacción recorrió la sala. La petición de confirmación desmoralizaría al joven Calen y, si transcendía, quedaría constatada la poca confianza que los grandes dignatarios tenían en el joven monarca y el Consejo que presidía. Y un monarca que no goza de la confianza de sus allegados, es un monarca que no le es útil al pueblo.
-Eso está bien. Nos dará tiempo para prepararlo todo. Siete, has dicho que fue una decisión mayoritaria, que no absoluta. ¿Acaso no votaron todos a favor?-preguntó Uno.
-Tres votos a favor, uno en contra y una abstención-recordó Siete.
-¿Quién se abstuvo?-preguntó interesado Dos. Ante las severas miradas de sus compañeros, tuvo que justificar su respuesta.-Bueno, en un asunto como éste estarás a favor o en contra, ¿no? Pero siempre tendrás una opinión.
-El venerable Masser-contestó Siete con una sonrisa.-Y asegura que no se forjará una opinión antes de haber examinado a la chica por sí mismo.
De nuevo hubo murmullos de satisfacción. Otro que no confiaba en la palabra del reyezuelo.
-¿Y tú qué opinas Siete?-inquirió Cuatro-¿Es ella?
-No estoy seguro…Todas las señales la apuntan como tal. Incluso mis guardias me han informado de que hoy el Bosque volvió a extenderse, aunque…eso aún no lo sabe el Consejo. Es probable que realmente sea ella. Eso explicaría la extensión del Bosque. Está dando la bienvenida a su reina.
-¡El Bosque se extiende por efecto de la maldición de la Reina!-exclamo Cuatro.
-Te equivocas Cuatro-contrarió Siete.- La Marca Negra se extiende por efecto de la maldición, y arrastra con ella al Bosque. Pero el Bosque sólo se extendería por sí mismo cuando la auténtica Dama estuviera a punto de llegar, y desde esta mañana los árboles florecen más deprisa. ¿Qué creéis que significa eso? El Bosque está celebrando que la Dama ya está aquí. No hay duda de que la joven extranjera es la Dama de las profecías. Y aún hay algo más…
Siete agachó el cabeza, inseguro.
-¿Qué, Siete?-preguntó Tres.
-No sé si será relevante, pero…creo que Calen está enamorado de esa joven. O por lo menos se siente sumamente atraído por ella. Y creo que ella lo corresponde. Tal vez sea un dato insignificante pero…quizás podríamos aprovecharnos de eso.
Todas las cabezas asintieron.
-Si tan seguro están todos de que es la Dama, ¿por qué no hacemos que se corra ya la noticia? Y de paso pregonamos que Calen está enamorado de ella, a ver qué pasa.-sugirió Cinco.
-El rey ha ordenado que no se diga nada aún-negó Siete.
-Por favor, Siete, ¿desde cuándo hacemos caso al hombre que en una noche de borrachera te abrazó diciendo que eras su amigo?-preguntó Dos irónico
-¡Eso fue hace mucho tiempo! Iba muy borracho y se lo decía a todo el mundo…-excusó Siete.-Además, por aquél entonces, ni siquiera era rey.
La expresión de Uno y Tres se tornó en un enfado considerable.
-¡Y tampoco debería serlo ahora! No olvidéis, que todos los que estamos aquí sabemos que los descendientes de la Reina no ejercen sino un poder ilegítimo.-les regañó Tres.
-Vuestros padres no se tomaron tantas molestias en asesinar al padre de ese muchacho, ni para que éste sea rey ahora, ¡ni para que vosotros lo tratéis como tal!-recriminó Uno.
Los más jóvenes agacharon la cabeza, avergonzados.
-Tenéis razón maeses. Os pedimos disculpas-se excusó Cinco en nombre de todos.
-¿Qué creéis que deberíamos hacer ahora?-preguntó Cuatro, en un intento por congraciarse de nuevo con ellos.-Si realmente esa chica es la Dama, podría acabar resultando molesta…
-Pero si es ella, la necesitaremos para que rompa la maldición. Por el momento, la chica seguirá con vida-concluyó Uno.
-¿Y qué hay del chico?-preguntó Dos.
-El muchacho también-concluyó Tres.-De momento lo necesitamos con vida.
-¿Por qué?-preguntó Seis.
-Porque necesitamos que alguien defienda que la chica es la Dama ante la Asamblea, y si Siete no se equivoca en sus suposiciones, lo más probables es que ese alguien, sea Calen-justificó Uno-. Y si Siete tiene razón, y entre Calen y la chica puede existir un vínculo tan estrecho, la chica confiará en el muchacho, y se dejará guiar por él. De esa forma es posible que rompa antes la maldición.
Tres asintió, de acuerdo.
-Cuanto antes terminen con la Marca Negra, antes podremos deshacernos de ellos dos. De nada nos sirve matar primero al chico, para que luego no haya nadie capaz de proteger a la Dama, ni asesinar a la Dama antes de que rompa la maldición, para que, al llegar al poder, tuviéramos que preocuparnos por la expansión de la Marca Negra. ¿Votará la Asamblea a favor de ella, Siete?
-La petición de confirmación es un mero formalismo, una forma de legitimar completamente la identidad de la chica. Está claro que es ella. La Asamblea votará a su favor-afirmó Siete.
-¿Entonces, cuándo podremos deshacernos de ellos?-preguntó Dos.
Uno y Tres se miraron.
-Durante el ritual-concluyeron.



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